En Jumilla hubo múltiples Villas Romanas de carácter familiar diseminadas por el término e independientes unas de otras. Es lo que hoy se conoce como una hacienda de campo. Dentro de esta clasificación, La Villa Romana de los Cipreses ubicada en el Prado de Jumilla (a 6 km de Finca de la Fuensanta) ha sido excavada en su totalidad y se aprecia en ella una bodega para el vino y una almazara para el aceite.
Este modelo de villa romana con bodega y almazara, se repite en otros yacimientos encontrados en el término de Jumilla, y también en el yacimiento arqueológico encontrado en Finca de la Fuensanta, donde se encuentra ubicado y catalogado por su relevancia cultural como el Yacimiento Arqueológico Casa del Cura. Según la resolución de la Dirección General de Bellas Artes de Murcia, "Corresponde a un asentamiento de la época Íbera, cuya ocupación continúa en la época romana (finales del siglo III-I a.C.). Este asentamiento aprovechaba dos manantiales de agua potable que en la actualidad aún están en uso para el riego de las parcelas de cultivo que caracterizan el entorno del yacimiento".
También conocido como la Villa romana de Los Álamos, fue descubierto por D. Alfredo Morales en 1971 e incluido en la Addenda de la Carta Arqueológica de Jumilla en 1991, donde se define como un asentamiento iberorromano.
Como restos que han llegado a nuestros días, tenemos un embalse se hormigón romano y el Partidor de los Álamos, partidor hidráulico construido en mampostería de piedra y hormigón de cal.
La catalogación de estos yacimientos no hace más que corroborar lo que ya sabíamos por los libros de historia. El cultivo del olivar en España se remonta a siglos atrás y antes de la época romana ya se cultivaba el olivo, posiblemente introducido por los fenicios. Aunque es en la época romana donde su cultivo se generaliza, se extiende por todo el Mediterráneo y la península Ibérica donde los aceites obtenían una calidad excepcional que aún en la actualidad permanecen y que en Finca de la Fuensanta hemos querido recuperar, testigo de este cultivo emblemático, donde se tiene constancia que desde hace más de 2000 años se venía cultivando olivos. De ahí la excepcionalidad y la calidad de nuestro aceite de oliva Virgen Extra, extraído de los olivos perfectamente adaptados al medio natural.